La vacuna rusa denominada Sputnik V, que ingresará con un lote inicial a territorio boliviano durante el primer trimestre de este año, superó a la fecha diferentes pruebas biológicas mostrando una eficacia de más del 90% contra el COVID-19, lo que la hace una de las más eficaces.
Sputnik V es la primera vacuna registrada en el mundo con base en una plataforma probada de vectores adenovirales humanos, es decir que fue construida a partir de un proceso que no daña la salud. Actualmente se encuentra en la lista de la Organización Mundial de la Salud (OMS) entre las 10 principales vacunas candidatas para enfrentar al COVID-19.
Según expertos del Centro Gamalaya de Investigación en Epidemiología y Microbiología y el Fondo Ruso de Inversión Directa, la efectividad de esa vacuna se basa en datos preliminares de un ensayo clínico de Fase III en el que participaron 40.000 voluntarios, de los cuales 16.000 recibieron las dos dosis que conforman la vacuna.
Tiene una eficacia del 91,4% por el análisis de los datos en el punto de control final de los ensayos clínicos y su efecto en casos graves de infección por coronavirus es del 100%, aunque todavía no fue validada por la Organización de Naciones Unidas (ONU), pero ya tiene una alta demanda en varios países.
“Las vacunas Sputnik-V superaron las diferentes pruebas de validación biológica, por tanto, son consideraras como vacunas de alto nivel de protección de inmunidad que supera el 90% de capacidad”, aseguró el ministro de Salud de Bolivia, Edgar Pozo, tras participar el miércoles en la suscripción de un contrato con Rusia para la adquisición de 5,2 millones de dosis para el país.
El Gobierno boliviano suscribió ese contrato con Rusia con el objetivo de inmunizar, de forma gratuita y voluntaria, al menos al 80% de la población boliviana contra el COVID-19, que en 2020 se llevó cerca de 10.000 vidas.
Testigos de los efectos de esa vacuna, como el periodista de la agencia rusa Sputnik, Víctor Ternovski, quien se sometió a las dos dosis, afirmó el jueves que sólo tuvo una subida de temperatura y leves dolores musculares horas después de la inyección, mismos que desaparecieron sin efectos secundarios.
“Me hicieron la inyección y lo único que presenté ese mismo día fue una subida de temperatura, y al día siguiente esa temperatura se mantuvo y se añadieron leves dolores musculares, luego tres días nada absolutamente y luego tres semanas después fue absolutamente lo mismo. Ahora ustedes pueden verme hablando tranquilo y me siento perfectamente, y tengo un certificado de vacunado”, comentó en una entrevista con el canal estatal Bolivia TV.
Para Ternovski, la primera dosis ya brinda un 90% de protección y la segunda refuerza y garantiza la misma.
Rusia comenzó en diciembre del año pasado la primera vacunación masiva contra el COVID-19, administrando a través de 70 clínicas su candidata Sputnik V y, de momento, esa vacuna es aplicable en personas de entre 18 y 60 años de edad.
La vacuna Sputnik V, desarrollada en Rusia por el Instituto de Investigación Gamaleya que asegura una eficacia del 91%, será aplicada en Argentina, Venezuela, Brasil, México, además de Bolivia, en América Latina.
Argentina es uno de los primeros países, después de Rusia, en comenzar a vacunar a su población con Sputnik V. Bielorrusia fue el primer país extranjero en autorizar la vacuna rusa en su territorio en diciembre, donde también se realizaron ensayos clínicos desde el 1 de octubre.
En el caso de Argentina, las primeras 300.000 dosis de la vacuna rusa Sputnik V llegaron el 24 de diciembre y la campaña de vacunación contra el COVID-19 se inició el 29 de diciembre de manera simultánea en 23 provincias y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. La vacuna está destinada exclusivamente al personal de Salud.
Mientras en Brasil, el Estado de Bahía encargó 50 millones de dosis de Sputnik V, y también Paraná llegó a acuerdos con Rusia para acceder a la vacuna.
El 29 de agosto de 2020, el gobierno de Venezuela firmó un acuerdo con Rusia para obtener la vacuna Sputnik V. Se prevé que al menos 10 millones de personas la reciban.
A través de empresas farmacéuticas privadas accederán a la vacuna rusa países como Corea del Sur, Egipto, India, Nepal y las antiguas repúblicas soviéticas de Kazajstán y Uzbekistán. En esa misma situación está México, donde el Laboratorio Santo Domingo, originario de Guadalajara, Jalisco, realiza gestiones con las autoridades sanitarias y epidemiológicas de Rusia para importar la vacuna Sputnik V, trámites que podrían durar hasta cuatro meses.
A las autoridades de Chile les interesa aprender más de la vacuna rusa, dijo a Sputnik el subsecretario de Relaciones Económicas Internacionales del Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile, Rodrigo Yáñez. “También nos interesa poder conocer más y tener intercambios con respecto a la vacuna Sputnik V (…), considerarla potencialmente como una alternativa también para poder proveer de vacunas a Chile en el futuro”, expresó el funcionario en declaraciones a la agencia de noticias Sputnik.
Bielorrusia comenzó el 29 de diciembre su campaña de vacunación contra el coronavirus con la llegada a ese país del primer lote de la vacuna rusa Sputnik V. Los primeros en ser inoculados son los trabajadores sanitarios y maestros.
En los últimos días se enviaron también lotes de Sputnik V a Hungría. Según la prensa internacional, Hungría no importará vacunas masivamente, sino que pretende producirla en sus laboratorios.
Rusia comenzó a principios de diciembre a vacunar a su población, empezando por los trabajadores de riesgo y ocupaciones consideradas “prioritarias”.