Surgido de la Asociación de Fútbol de Pando, Marco Rodríguez Ibáñez fue detenido en calidad de presidente de la Federación Boliviana de Futbol, por un tercer proceso vinculado a casos de corrupción pública, al margen del juicio por desobediencia a órdenes judiciales y otro por daños a la salud pública al haber sido encontrado en marzo consumiendo bebidas alcohólicas en una fiesta en plena pandemia en la ciudad de Cobija.
El director nacional de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen, coronel Alberto Aguilar, informó este viernes que la Fiscalía de Santa Cruz instruyó aprehender por los delitos de enriquecimiento ilícito de particulares con afectación al Estado, falsificación de documento privado, uso de instrumento falsificado, estafa agravada, asociación delictuosa y concurso real.
La autoridad policial no dio detalles del proceso ni la causa de los cinco tipos penales, pero confirmó que existió una orden firmada por los fiscales anticorrupción de Santa Cruz, Javier Cordero Salcedo y María Barrientos Ruiz.
Según medios locales en Santa Cruz, Rodríguez tiene en su contra una denuncia activada por la Futbolistas Agremiados de Bolivia (Fabol), los clubes Oriente Petrolero, Blooming, Guabirá y otros de la Asociación Cruceña de Fútbol (ACF).
Lo denunciaron por comprar con presunto sobreprecio terrenos para la construcción del Centro de Alto Rendimiento de la Selección Boliviana, disposición de recursos de la federación y descargos dudosos. El proceso no solo es contra Rodríguez, sino contra Rolando Aramayo, Antonio Decormis, Lily Rocabado y Jaime Cornejo.
El operativo policial fue organizado por un teniente coronel y cuatro funcionarios para dar cumplimiento al mandamiento de aprehensión, que fue ejecutado mientras Rodríguez observaba este jueves el partido de la selección boliviana frente a Ecuador en el estadio Hernando Siles de La Paz.
Rodríguez no pudo ser trasladado de inmediato porque sufrió una descompensación en el aeropuerto de El Alto. Se le subió la presión, fue atendido en un centro médico del aeropuerto y de ahí fue llevado a un hospital de El Alto.
La persistencia de continuar en el cargo en medio de una Federación totalmente dividida, le costó una demanda en su contra planteada por Robert Blanco que le reclama la presidencia de la FBF. La justicia constitucional falló en contra de Marco Rodríguez quien se resiste a cumplir la decisión judicial.
Por este motivo enfrenta un proceso por “desobediencia a resoluciones en acción de defensa y de inconstitucionalidad”, por el cual salió una orden de aprehensión que fue anulada el 10 de octubre de 2020, por el Juzgado Primero de Instrucción Penal de La Paz al aceptar una acción de libertad contra los fiscales María del Carmen Roca y Javier Cordero.
El pasado 30 de marzo, cuando estuvo de vicepresidente de la FBF fue llevado por la Fiscalía de Pando ante el Juez Alexander Vidal de la ciudad de Cobija por delitos de atentado contra la salud pública y otros cargos, debiendo guardar detención domiciliaria.
Rodríguez fue sorprendido en un domicilio del barrio Senac, consumiendo bebidas alcohólicas en una fiesta en medio de la cuarentena a nivel nacional. Su defensa logró levantar esa medida alternativa, recobró su libertad y continuaba caminando libremente en Cobija.
El polémico dirigente pandino acredita 15 años de experiencia en la dirigencia deportiva con su club Vaca Diez, la Asociación de Fútbol de Pando y la Asociación Nacional de Fútbol, según el digital Perla del Acre.
Fue elegido en abril de 2018 en la plancha de Cesar Salinas para una gestión de cuatro años. Al fallecimiento de éste fue elegido el 23 de julio vía online, presidente de la FBF porque cumplía las funciones de primer vicepresidente de la entidad federativa.
Los clubes Real Santa Cruz, Always Ready, Palmaflor, San José, Nacional Potosí, Real Potosí, Aurora y un representante de The Strongest lo apoyaron para el salto dirigencial y su insistencia de ostentar el mayor cargo del fútbol boliviano, complicó su vida particular porque ahora debe enfrentar otros procesos penales.
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