El violento secuestro y feminicidio de la adolescente escolar Carla Daniela M.R. ha indignado a los pobladores de Bermejo (sur de Tarija), al punto de que la noche de este viernes se han suscitado desmanes y enfrentamiento con la Policía, cuya labor fue cuestionada en la resolución del caso.
Según la investigación, la menor de 14 años desapareció el pasado viernes 21 de febrero cuando fue rumbo a la casa de su amiga para hacer tarea. La madre de Carla recibió ese mismo día mensajes de texto en Facebook y fotografías que indicaban que su hija fue secuestrada. Le pedían la suma de 20.000 dólares para su rescate.
Ya el jueves 27 de febrero se logró la aprehensión en flagrancia de tres implicados y se encontró el cadáver camino al Chaco. La autopsia reveló que la adolescente fue asfixiada y que murió entre el viernes 21 y el sábado 22.
La indignación se propagó en la población. La junta de padres de familia y jóvenes de Bermejo comenzaron a movilizarse en demanda de justicia. Hicieron vigilia a la espera de los resultados del proceso judicial contra los acusados, reportó la periodista Calixta Segovia.
Este viernes se realizaron las audiencias contra los imputados por el secuestro y feminicidio. El acusado Limber Erlan Valencia Estrada de 25 años confesó el delito y se sometió a juicio abreviado, en el cual recibió 30 años de cárcel sin derecho a indulto. Entretanto, los otros dos acusados, adolescentes de 14 años ambos, fueron enviados al centro de detención Oasis con detención preventiva.
A pesar de las decisiones judiciales, la población se mantuvo movilizada. En afueras del edificio judicial seguían las protestas y hasta se pedía que se entregue a los acusados.
La fiscal departamental Carla Oller y el comandante de Frontera Policial, coronel Roberto Silez, salieron a explicar lo sucedido a los movilizados. Sin embargo, las declaraciones de las autoridades azuzaron más los ánimos.
Entre los protestantes generó molestia que la fiscal haya calificado como “brillante” la tarea de la Policía y que el Comandante haya destacado la labor investigativa de la fuerza del orden, cuando en realidad la víctima del secuestro terminó fallecida.
También los pobladores se molestaron porque la familia de la víctima había dado dinero a la Policía, para realizar la transacción a cambio de la vida de su hija. Mientras se reclamaba a gritos que se devuelva el monto, el Comandante dijo que ese dinero se entregaría a la familia mediante acta.
A pesar de las explicaciones y el intento de un dirigente de apaciguar lis ánimos, la protesta se salió de control. Los manifestantes, principalmente jóvenes, empezaron a lanzar piedras al edificio judicial rompiendo varios vidrios del frontis.
Los efectivos policiales, entonces, salieron a resguardar el edificio, intervinieron contra la protesta. Comenzaron con las detenciones de manifestantes y con la gasificación para dispersar a la multitud. Se observó cómo policías reducían a jóvenes y se los llevaban arrastrados.
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