El presidente Luis Arce, durante su intervención en la Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado, planteó la propuesta boliviana de que las transnacionales liberen las patentes de las vacunas contra el coronavirus y, además, sugirió que los países en desarrollo distribuyan las dosis con que cuentan para las naciones que carecen.
En la oportunidad, Arce observó la desigualdad en la distribución de dosis y mencionó que países ricos han comprado más de la mitad del suministro de vacunas en el mundo, cuando sólo representan el 16% de la población mundial.
Pidió que la ciencia médica deba estar al servicio del ser humano, sin ningún tipo de discriminación, y que el acceso a la vacuna deba ser visto como un derecho humano.
En ese marco urgió, a que se hagan reformas de los estándares internacionales referidos a los derechos de propiedad intelectual que protegen “la hegemónica industria farmacéutica a costa del perjuicio de miles de millones de seres humanos”.
“Las poderosas transnacionales farmacéuticas, que tienen patentes sobre los diagnósticos, medicamentos y vacunas, deben liberarlas y hacerlas de dominio público o emitir autorizaciones voluntarias sin costo para lograr un acceso real de parte de todas las naciones sin excepción”, afirmó.
También llamó a los “países desarrollados que tienen más vacunas de las que su población necesita, a que las distribuyan con aquellos que las carecen”.
Advirtió que las naciones del Norte tampoco superarán plenamente los efectos económicos de la pandemia, si las naciones del sur son dejadas en la más absoluta vulnerabilidad.
El mandatario boliviano destacó la aprobación en la Cumbre de una declaración para el alivio a la deuda externa y crisis económica propuesto por Bolivia.
También resaltó los programas de cooperación como el Instituto Iberoamericano de Lenguas Indígenas, el programa iberoamericano para prevenir y eliminar la violencia contra las mujeres, entre otros.
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