Fuente: Economía Digital
Poco le ha durado a la Universidad de Oxford y Astrazeneca la tregua tras confirmar que la mielitis que sufría uno de los voluntarios que se están vacunando nada tendría que ver con la aplicación del antígeno. De acuerdo con The New York Times, había otro paciente que habría mostrado algunas complicaciones neurológicas en principio sin explicación.
La vacuna, que se encuentra en fase 3, acababa de retomar los ensayos tras investigar el primer caso, dejando la puerta abierta a que se pudiera encontrar un tratamiento en los próximos meses efectivo para el coronavirus, que, además, se distribuiría en Europa.
El diario estadounidense afirma que fuentes cercanas a los ensayos han identificado la enfermedad del segundo afectado también como mielitis transversa. El periódico no revela la identidad del informador. Los expertos ya han advertido que si aparecen más complicaciones de salud graves en más sujetos, el futuro de la vacuna podría estar en juego.
“Si hay dos casos, entonces esto comienza a parecer un patrón peligroso”, ha remarcado el experto en Vacunas de la Universidad de Oregon, Mark Slifka, y que recoge el NYT. Para el especialista, la aparición de una tercera persona con una enfermedad neurológica de este tipo podría suponer el fin de la investigación.
Sin embargo, la farmacéutica ha remarcado en sus protocolos de actuación que no hay “evidencia suficiente” para determinar si los dos casos de mielitis están directamente relacionados con la vacuna. Por lo que decidió reanudar los ensayos clínicos en la fase tres, tras un breve parón para realizar las comprobaciones de seguridad.
Este fin de semana se había conocido que Astrazeneca buscaba lograr una efectividad del 50% en el prototipo de la vacuna contra el coronavirus antes de poder ser comercializada. Este es el nivel mínimo que contempla la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) para la distribución de la vacuna.